Nuestra chef María José San Román ha sido denominada por The New York Times como “La Reina del Azafrán”. Es, por tanto, considerada la mejor embajadora de nuestro azafrán por el mundo y, tal y como ella misma ha argumentado en numerosas ocasiones, esta especia resulta clave en la elaboración de muchos de sus platos, entre ellos los arroces que lo incluyen en todas sus variantes.
En Monastrell te ofrecemos una experiencia gastronómica sorprendente e inolvidable, que recupera la tradición culinaria del Mediterráneo. Hoy en día, el azafrán tiene plena consolidación en Alicante, aunque sus orígenes son mucho más lejanos.
Acompáñanos en una inmersión histórica y nutricional sobre lo que el azafrán nos ofrece y descubre con nosotros las extraordinarias propiedades, que lo han convertido en un ingrediente imprescindible de muchas de nuestras recetas.

¿De dónde viene el azafrán?
El azafrán se extrae de los estigmas de la flor del Crocus Sativus L. Su etimología proviene del árabe Zahafarn, a su vez descendiente del persa Safra. Su traducción actual es “amarillo”.
El origen del azafrán es antiquísimo. Se tiene constancia de su cultivo en la región de Cilicia (al sur de la actual Turquía). Concretamente en una localidad llamada Corycus, de la que obtiene su nombre la planta de la que proviene.
Mesopotamia y Persia ya comerciaban con azafrán. Sus propiedades como condimento se descubrieron muy pronto, aunque también se aplicaba con fines medicinales e incluso en perfumes.
La expansión del azafrán por el mundo fue imparable. A España llegó por la influencia árabe entre los siglos VIII y X. Era un ingrediente irremplazable de la cocina hispanoárabe.
El cultivo de azafrán en España se centró inicialmente en la región de Castilla. Pronto se extendió a muchas otras regiones, entre ellas el Mediterráneo, donde ahora tiene una consolidada presencia.
Propiedades del azafrán y sus beneficios
Una mirada a la composición nutricional del azafrán expone aún más la sorprendente riqueza natural de esta especia. Contiene vitamina A, B3 y C, ácido fólico, calcio y potasio.
Además, tiene excelentes propiedades, que aportan beneficios a nuestro organismo a muy diversos niveles. Estos son algunos de los más destacables:
Potenciador del estado de ánimo
El uso del azafrán en los arroces y otras recetas se aprovecha por su carácter potenciador del sabor. Ese ímpetu también lo percibe nuestro propio estado de ánimo, como un estimulante natural. Los compuestos que incluye como la crocina y el safranal son responsables de este efecto.

Mejora la memoria y la función cognitiva
El azafrán posee notables antioxidantes, que ayudan a reducir la inflamación y protegen las células cerebrales. Gracias a ello, se considera que puede mejorar la memoria y la capacidad para aprender.
Antioxidante y antiinflamatorio
La gran cantidad de flavonoides que contiene el azafrán es el motivo por el que ofrezca propiedades muy significativas antioxidantes, antiinflamatorias y antivirales.
Protección de la salud ocular
Es poco extendida la relación del azafrán con el mantenimiento de nuestra salud ocular, pero se ha demostrado la capacidad que tiene para reducir la inflamación en los ojos y, de forma consecuente, el riesgo de padecer algunas enfermedades oculares.
El azafrán y nuestro corazón
La pasión y defensa del azafrán no solo es sentimental entre los chefs más reputados del mundo. Tiene amplias argumentaciones desde el punto de vista culinario.
Pero esto no significa que el azafrán se desvincule de nuestro corazón. De hecho, es una especia natural con notables beneficios para su salud. Puede reducir los niveles de colesterol y LDL y mejorar los de HDL. Con ello reduce el riesgo de padecer ataques cardíacos y otras enfermedades cardiovasculares.
Usos culinarios del azafrán
El azafrán ha tenido múltiples usos a lo largo de la historia. El culinario es uno de los primeros que se descubrió y se ha mantenido constante durante siglos hasta la elaboración de las recetas que realizamos en Monastrell.
María José San Román no concibe un arroz sin azafrán. Su carácter potenciador es insuperable para ofrecer sabores sorprendentes y transmitir una experiencia inolvidable que deleitará tu paladar.Otro plato estrella donde el azafrán es protagonista es la gamba roja de Monastrell. Se elabora con un aceite sin color añadido al coral de la cabeza de la gamba, que se convierte en la salsa de la gamba pelada. La receta también cuenta con el aporte de sal de caviar.

También en repostería tiene un importante papel el azafrán. Puede cambiar por completo el sabor definitivo de postres que se vuelven irresistibles.
De hecho, la mantequilla de azafrán también se aplica en recetas de bollería y pastelería. En postres con naranja ofrece una combinación insuperable. Con lácteos es un ingrediente que casa a la perfección.
Otra alternativa en el uso del azafrán es su participación complementaria en la elaboración de infusiones. El sabor y el color que aporta, permiten obtener creaciones exclusivas.
¡Y muchos más usos culinarios! En gran cantidad de ocasiones, se valora la calidad gastronómica porque “sabe a azafrán”. En un potaje de garbanzos, en una fabada, en una empanada, una bullabesa o un estofado. En todos ellos ese secreto que parecen esconder las recetas más sabrosas es, en realidad, el azafrán.